Por: CineMusicMéxico
Entrevista: Andrea Raitelli
Fotos: Cortesía Divino Niño
Pasada las 19:30 horas del viernes 24 de Octubre, la Sala Espacio INCAA Orestes Caviglia (Tucumán, Argentina) abrió sus puertas, una vez más, para recibir al público en el marco del 9 Festival Tucumán Cine Gerardo Vallejos.
En punto de las 20:00 horas las luces de la sala se apagaron, la pantalla se iluminó y los espectadores comenzaron a ser testigos de una historia de esperanza para el corazón.
La cinta comienza y el actor Leonardo Sbaraglia nos conduce a través de la historia de la Orquesta del Divino Niño, misma que nació en un comedor comunitario de un barrio emergente de Tucumán, Argentina.
Su directora, Gabriela Bosso, ansiosa y muy emocionada, aprovechó la función privada para agradecer la asistencia de los espectadores en lo que iba a ser la primera proyección del documental con público presente.
“Gracias a todos por venir. Espero que disfruten la historia. Al final responderé todas las preguntas que quieran hacerme”, dijo.
Tras una presentación exitosa, en la que la cinta fue ovacionada de pie, CineMusicMéxico se puso en contacto con su directora y con Luis Acardi Lobo, guionista y co-productor, para que nos cuenten más acerca de esta producción.
“Un día uno de mis sobrinos, que enseñaba violín en el hogar Divino Niño, me dice que habían invitado a los chiquitos a tocar en un teatro. Soy vestuarista también y pensé en hacerles el vestuario para la presentación. Ese fue mi primer contacto con ellos. Lo único que quería era que ellos tengan la experiencia de tener la ropa a su medida”, recuerda emocionada la directora tucumana.
En ese momento Gabi, como la llaman sus conocidos, estaba trabajando como asistente de dirección en otro proyecto: un largometraje basado en una teoría del psiquiatra austríaco Viktor Frankl. Una historia completamente distinta a lo que iba a ser “Divino Niño”.
“Cuando llegó lo de Divino Niño fue muy fuerte para mí, sobre todo porque yo estaba viendo la otra película, misma que era muy teórica y estructurada. Y de pronto comienzo a ver algo tan humano y tan cercano. Como los chicos viven, como aceptan su situación y, pese a los problemas que tienen, buscan salir adelante. Ver eso, ver como ellos se enfocaban en lo bueno y sacaban de su interior cosas que ni a uno se les ocurre, hizo que me diga a mí misma ‘wow, esta historia es súper poderosa y tiene que ser contada’”, confiesa Gabriela, quien había comenzado en este proyecto como productora.
Desde ese momento, año 2010, Gabi comenzó a pensar en cómo mostrar esta historia, así como el equipo de trabajo para poder realizarla. Fue así como contactó a Luis Acardi Lobo, guionista y co-productor; Martín Espezua Presta, quien aportó sus ideas y conocimientos de imagen y cinematografía; y Leonardo Sbaraglia.
“Gabi llegó con la idea de la película y me sumé. Lo que me llamó de esta historia es que moviliza, despierta una afinidad con los chicos, unas ganas de pertenecer a ellos. La creación de la orquesta de este comedor es una iniciativa de ellos. Ellos mismos pidieron que les enseñaran a tocar los instrumentos, lo cual es muy llamativo y valorable. Si bien Marcelo Ruiz (profesor y director de la Orquesta) es quien impulsa ésto, él lo que hace es responder a la demanda”, cuenta Luis sobre la historia que lo llevó a participar por primera en el mundo del cine.
Durante los 60 minutos de duración del documental, Leonardo Sbaraglia toma de la mano al espectador, guía sus pasos y lo convierte en testigo de una historia que debe ser vista con los ojos del corazón.
“Desde un principio quise que Leo fuera parte de este trabajo pero no me animaba a pedirle. Yo estaba con él en otro proyecto que al final no se dio, pero en medio de eso yo le iba contando acerca de Divino Niño. Creo que de tanto hablarle de la historia y, hasta por cansancio, terminó diciéndome ‘bueno si queres yo puedo ayudar’, cuenta en tono de broma y entre risas Gabi.
“Yo me conformaba con que él haga la voz en off, para mí eso ya era suficiente. Pero él, pese al poco tiempo que tenía, se súper entregó a la historia. Me dijo yo pongo la cara y le pongo el pecho al proyecto. Pese a que lleva 30 años haciendo cine, Leo es un chicos súper sencillo y humilde, además supo vincularse con los chicos, él era uno más”, agrega la directora.
Partidarios de que desde el arte y desde la cultural se pueden resolver muchas problemáticas sociales, el equipo realizó este proyecto con el objetivo de reflejar una idea de solidaridad diferente. Una ayuda que no pasa por el hecho de entregar dinero, sino por un tipo de ayuda que va más allá. Una solidaridad que pasa por el compartir con el otro lo que uno ama, lo que a uno le gusta hacer, lo que te apasiona.
“Queríamos romper con la idea de una solidaridad que pase por lo material. Con este trabajo planteamos lo placentero que puede llegar a ser entregar algo que a uno le gusta y, así, generar empatía con los demás. Ese ida y vuelta rompe con un montón de barreras. De esa manera pasa que uno entrega algo pero lo que se recibe a cambio es infinito. Además los chicos lo reciben de otra manera”, sostiene Luis.
“Si había algo que me gustaba de este proyecto es que hasta los profesores realizaban un trabajo voluntario. No tenían un retorno económico, el retorno pasaba por otro lado: por lo humano. Creo que vivimos en una sociedad que está muy fracturada y llena de prejuicios. A veces uno ve barrios y comienza a juzgar a las personas y al tipo de vida que llevan. Pero lo bueno es que el arte, la música, el cine y la cultura en general, rompen con esas barreras y uno comienza a darse cuenta de que todos somos iguales”, reflexiona Gabriela.
Si bien el documental tuvo que pasar por diferentes cambios y pruebas durante los 4 años de producción, Luis afirma que la idea manejada desde un principio se mantuvo firme hasta el último día de edición. Un reto que para el equipo no fue nada fácil manejar pero que satisfactoriamente se pudo lograr.
“Uno de los desafíos más grandes que teníamos con el documental era no caer en lo común ni en lo bajo. A veces resulta tentador eso. Si uno quiere generar lágrimas se pueden hacer varias escenas en pocos minutos para lograrlo. Al ser un trabajo basado en circunstancias de vida fuertes, historias muy sacrificadas y muy valiosas cada una, teníamos que tener mucho cuidado en no caer en eso. Nosotros queríamos contar y enfocarnos en lo bueno y, dentro de lo bueno, que se vea la lucha de ellos, el sacrificio y el logro de sus sueños”, dice el co-productor.
Mientras el equipo prepara el recorrido de “Divino Niño” por diferentes Festivales Nacionales e Internacionales, Gabriela y Luis confiesan que uno de sus principales objetivos ahora es “que mucha gente lo vea y se cope con este proyecto. Que a partir de esta historia se generen este tipo de proyectos en otros lugares porque esta realidad que se muestra no es sólo aquí en Tucumán, sino que es generalizada tanto en Argentina como en Latinoamérica”, concluyen.
Trailer «Divino Niño»
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