Por: CineMusicMéxico
Entrevista: Andrea Raitelli
Fotos: Ruben Avila
Agradecimiento especial: Alianza Francesa, Tucumán
Con más de 10 personajes interpretados en el cine y una larga lista de obras teatrales, es como el actor tucumano Ruben Avila llega a su presente. Tranquilo y muy seguro de sí mismo, el también profesor, recibe a CineMusicMéxico para hablar acerca de su carrera.
“Estudié teatro desde chico pero mi primer trabajo fue en un cargadero de caña de azúcar. Lo que hacía en ese momento era practicar arriba de la balanza de madera. El malacatero me miraba y no entendía nada. Me decía ‘Oiga, ¿qué pasa?’, y yo le respondía: ‘nada, estoy haciendo unos ejercicios’. Eso lo hacía para no perder el training del trabajo” cuenta divertido.
Con perseverancia y trabajo, el actor logró debutar en teatro bajo la dirección de Boyce Díaz Ulloque en el año 1976.
“Tenía 18 años y comencé participando en obras independientes. Creo que un actor nace a partir de este tipo de teatro y luego se comienza a acomodar. En esos tiempos trabajé con muchos directores tucumanos como Carlos Oliver y Carlos Alsina, así también con Carlos Cores de Buenos Aires con quien hice radioteatro”, recuerda.
Pese a que el tucumano todavía no se sentía preparado para incursionar en el mundo del cine, la oportunidad se le presentó y no la dejó pasar. En el año 1984 el director Coco Caram lo convocó para participar en la película «Cabo Savino”.
“En un principio me costó porque estaba preparado para hacer teatro pero no cine. En teatro se exagera mucho porque hay un público pero el cine es más natural. Ahí comprendí que lo importante es saber ser actor”, confiesa.

A partir de esa producción las oportunidades para hacer cine le siguieron llegando a Ruben. Con el tiempo filmó “Historias mínimas” dirigida por Carlos Sorin, “Cusilla, cusilla, 100 años después” película co-producida con España, “Paraíso, paraíso” de Anibal Uset, entre muchas otras. Si bien para un actor todos los proyectos son importantes y representan un aprendizaje, Avila considera que algunos ya nacen para ser un éxito y para quedar en la historia. Así es como él define “Aballay, el hombre sin miedo”, película dirigida por el reconocido director argentino Fernando Spiner, y ganadora en el 25º Festival Internacional de Cine de Mar del Plata.
“Esta cinta habla del tema del amor, de la esclavitud, la figura de la mujer ante el machismo de aquel tiempo. Aballay fue interpretado por Pablo Cedrón, un gran actor y su personaje era muy fuerte y potencial. Esta historia fue filmada en Amaicha del Valle, Tucumán, pero toda la producción de este largometraje era de Buenos Aires. Yo tuve la suerte de participar después de pasar un casting. Hasta el día de hoy sigue siendo proyectada en el mundo entero. La última información que tuve es que se estaba haciendo una traducción para Japón”, cuenta orgulloso.
El también profesor de teatro en la Universidad Nacional de Tucumán, se declara un agradecido de su trabajo aunque confiesa que sí es un ambiente complicado ya que se está aprendiendo y creciendo constantemente.
“Cuesta mucho estar y mantenerse. Lo que yo le digo a mis alumnos cuando me piden un consejo es que hay que tener perseverancia y creer en lo que uno hace. Quien decide meterse en la parte artística debe hacer un trabajo fuerte e integral: con toda la humanidad y siendo consciente de que va a tener que pagar derecho de piso una y otra vez. Hay que ir y volver, este es un mundo de acción y reacción”, asegura.
El cine en Tucumán y en Argentina
Ruben participó, además de las películas ya nombradas, en filmes como: «La larga espera«, al lado del destacado actor argentino Ulises Dumont, en «Cara o Cruz» de Fabio Alberto Ruiz y, la más reciente, «Gato negro» bajo la dirección de Gastón Gallo. Pese a sus logros el actor considera que todavía resulta difícil hacer cine en Tucumán, no obstante se muestra optimista ya que para él, de a poco, los avances se irán dando.

“Considero que el hecho de que Tucumán tenga una escuela de cine es muy importante. Esta institución está ayudando mucho a promover todo el talento y las producciones locales. Pero todavía falta. Para mí un gran avance sería que la provincia cuente con un presupuesto para hacer, por lo menos, una película por año”, sostiene.
Lo que sucede en Argentina, a su manera de ver, es que si los actores no están en Buenos Aires prácticamente no tienen transcendencia y mucho menos vigencia.
“Hubo un tiempo en el que sí pensé en irme de Tucumán pero no se dio. Comenzaron a surgir cosas muy lindas aquí así que terminé quedándome. Aquí encontré todo, tengo mi familia, mis hijos y mi trabajo permanente. Pero creo que si se cambia la manera de hacer cine en Argentina: si salen de Buenos Aires y se fijan más en las provincias, el cine nacional también podrá lograr grandes producciones y darle la posibilidad a gente nueva, muy talentosa y preparada”, opina.
Cine Latinoamericano
Desde su punto de vista Ruben considera que el trabajo latinoamericano, muchas veces, se caracteriza por reflejar la realidad que se está viviendo, así como por mostrar las principales problemáticas ocurridas a lo largo del tiempo.
“Yo soy un gran aficionado del cine italiano y creo que el cine de Latinoamérica es muy parecido. Me gusta mucho la película italiana ‘El bueno, el malo y el feo’ porque lo que muestra es cierto. Es una historia en la que se muestra una villa miseria en donde se ve toda esa calamidad de una manera tan real y patética a la vez. Esta película es una parte de una realidad que hasta el día de hoy está pese a ser una producción que tiene más de 20 años. Esto a veces me hace pensar y ver cómo la sociedad va en decadencia. A mi ver el cine de Italia como el nuestro es muy humanitario”, comparte.
Para él el mundo y la sociedad están en una constante transformación social. Una transformación que muchas veces refleja la degradación del trabajo, la desaparición de la moral y la perdida de los valores.
“En los últimos años Latinoamérica ha sufrido muchos cambios sociales y a nivel gobierno también. Desde gobiernos militares hasta gobiernos democráticos. Acomodar eso no es tan fácil. El cine y el teatro es ese arte al que se recurre para manifestarse a favor o en contra de un sistema. Somos personas y necesitamos decir las cosas, no podemos vivir callados. Es por eso que invito a todos a que hoy nos permitamos, a que mañana nos permitamos y a que pasado mañana nos permitamos. Nos permitamos decir lo que nos gusta y lo que no nos gusta también. Porque la democracia tiene que estar y permanecer”, concluye.